Y así, amigo mío comienza la historia de nuestro pueblo y el porqué del nuevo inicio en estas tierras desconocidas para nosotros...
Existía, en el continente de Ragnarok, lugar agreste poblado por pueblos Vikingos y toda clase de criaturas, un gran Reino... un reino que controlaba mas de las dos terceras partes del continente y donde sus habitantes, buena gente, pacífica y trabajadora no tenía reparos en ayudar a cualquiera que necesitase algo...
Pero los dioses son caprichosos, y preparaban un destino inesperado para todos. Conoceréis nuestra historia si decidís uniros a nosotros. Todos vosotros viajeros sois bienvenidos. Si vuestros ideales son como los nuestros, sois elegidos de Fía, nuestra diosa para la supervivencia, y os esperamos para juntos volver a construir un nuevo reino como nuestro amado territorio en Ragnarok.
Un camino de éxodo a otras tierras, y, en el alba del último día del Otoño, una joven de blancas vestiduras, la cual emanaba un halo de paz y tranquilidad salió de la nada y se acercó al grupo...
Habéis de saber que gracias a mi intercesión ante mis hermanos los dioses os habéis salvado de la muerte, pero con una condición...
Debéis viajar al sur, al continente de Epleland ya que habéis sido desterrados de Ragnarok, llevaos a vuestros amigos, Princesa Krino La Cazadora, toma este brote de Roble, es el único que pude salvar del antiguo Roble Sagrado... tú, Pepeka El Audaz guía a tu pueblo a la montaña más alta del continente, asienta allí tu reino y en un lugar privilegiado, Krino plantará este brote y surgirá otro Roble sagrado, trabajaréis la montaña para construir el nuevo Reino de Amorfia y vosotros, los Amorfos, empezaréis de nuevo un reino que algún día llegará a ser tan próspero y magnífico como el que teníais...
Vuestros súbditos siempre fieles, Raspunich Martillo de Hierro, Elmanuelles Dos Hachas, Redrosh Pico de Trueno, Forestry el Sabio y Chester Tormenta del Asedio, entre otros caballeros escoltas y diplomáticos...serán vuestras columnas para construir el Nuevo Imperio, no dudéis nunca sobre vuestra unión, y sed siempre una roca para los nuevos hermanos. Todo irá bien, aun en los malos momentos, siempre que recuerdes mis palabras.
No dudéis en preguntar por mí, Silbana de Melnibone, o por nuestros amados guerreros, arriba nombrados, y os guiaremos hasta nosotros, a todos los que demostréis ser verdaderos Vikingos y mostréis el honor necesario para formar parte de nuestro pueblo de hermanos. A todos los que estéis dispuestos a trabajar y luchar por el bien de nuestro pueblo, ya que los comienzos no son fáciles para nada, pero juntos podremos, os lo garantizo.